La primavera es un período de florecimiento y nacimiento exuberante que puede contrastar con un “despertar” no sincrónico por parte de las personas. Esta desincronización de lo exterior con lo interior (discronobiología) está a la base de muchas patologías de salud mental. Sumado a lo anterior, el cambio de estación a primavera presenta mayor inestabilidad en el ambiente y eso puede producir mayor inestabilidad en nuestro interior (por ejemplo, el cambio del clima, el cambio en la luminosidad, y además se agrega el cambio horario, entre otros).

Un entorno primaveral (vida exterior) que cambia rápidamente no siempre va seguido de un cambio sintónico de nuestro organismo y nuestra vida interna. Esta diferencia puede generar mucho estrés. Una persona puede estar deprimida en invierno y de pronto la primavera con muchos cambios de colores, movimiento, vida intensa, pajaritos, amor, etc., y un sinnúmero de simbolismos de florecimiento puede contrastar muchísimo con una vida psíquica interna muy apagada, deprimida o desesperanzada que en ese momento la persona puede estar viviendo. Esta brecha entre lo que se vive interiormente y lo que ocurre fuera puede aumentar la desesperanza si la persona está con pensamientos negativos.

En este sentido, los estudiantes universitarios no se comportan de una manera diferente a la población general en relación a los cambios de estación. Si pudiésemos hablar de algunas particularidades en este grupo y salud mental, más bien el énfasis estaría en otras variables. Dentro de las más conocidas como factores de estrés están las exigencias académicas, las exigencias socioeconómicas, la distancia de sus familiares, adaptarse a la autogestión de sus responsabilidades, las exigencias de socialización y momentos de grandes cambios en sus vidas.

El periodo universitario tiene la característica de ser o significar muchas veces un periodo de cambios, oportunidades y proyecciones para encaminarse en la vida, y muchas veces un espacio para salir de situaciones o experiencias adversas que cada uno ha atravesado durante su propia historia. Por lo tanto, es un periodo de contrastes. Por una parte, la esperanza depositada en las expectativas de proyección y sueños personales, y por otra, las frustraciones que se van enfrentando en este camino de maduración personal, en el que no todas las cosas se dan como uno quisiera y que parte de la vida es aprender a aceptar la realidad, y al mismo tiempo no dejar de soñar o intentar cambiarla en algún grado. Por estos factores que se combinan durante este periodo, muchas veces asociado a consumo de drogas y alcohol, es que es fundamental que la sociedad universitaria acoja esta realidad y genere espacios para poder solicitar apoyo en el caso que una o un estudiante esté presentando dificultades.

Afortunadamente y basada en la evidencia nacional e internacional, en la institucionalidad universitaria se han desplegado estrategias de acompañamiento más allá de los contenidos de cada profesión. Las universidades se han perfeccionado y desarrollado en mejores unidades de apoyo al aprendizaje, unidades de apoyo social o centro de salud universitario que contempla evaluaciones integrales de salud, espacios de apoyo psicológico y médico, además de fortalecer espacios y actividades sociales de esparcimiento y de actividad física, junto con la idea de hacer universidad y que los estudiantes se desarrollen en diferentes áreas de interés que pueden ayudar en hacer una vida más variada y sana de actividades durante el proceso de aprendizaje.

Las mejores estrategias de prevención y promoción en salud mental contemplan difusión y promoción acerca de cuáles son las formas de autocuidado, y las formas más adecuadas de autorregulación emocional y desarrollo de habilidades sociales de tal forma de estar preparados para una vida adulta e independiente de una forma integral y no solo en conocimientos. Las universidades del presente deben optar por este tipo de mirada y así lo han entendido las autoridades. Una buena noticia es que el Ministerio de Educación cada vez más está incorporando recursos y directrices en esta área.

Durante varios años, por iniciativa del Dr. Tomas Baader, junto a la Alianza Chilena Contra la Depresión, hemos realizado encuestas de seguimiento en variables de salud mental en la Universidad Austral en Chile. En este seguimiento hemos encontrado altos indicadores de depresión, ansiedad y estrés, pero también hemos visto que el solo hecho de que los alumnos realicen las encuestas y reciban algunas directrices de cuidado les ha despertado la idea de generar cambios que en encuestas posteriores de seguimiento han demostrado efectos positivos. Entre estos cambios han surgido espontáneamente en los alumnos encuestados la inclusión de algún deporte, la búsqueda de ayuda, haber conversado las dificultades con amigos o iniciar actividades de autocuidado como puede ser ejercicios de relajación, yoga o mindfulness.

Cabe destacar que la UACh ha sido reconocida a nivel nacional por este tipo de iniciativas y recientemente se ha adjudicado un proyecto 270 millones de pesos, con fondos del Mineduc para potenciar mayormente esta área, y esperamos con esto continuar contribuyendo la salud de la comunidad universitaria.

Doctor Marcelo Gotelli, psiquiatra y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile
Director de la Alianza Chilena contra la Depresión

 

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